Consejos de expertos Opinión

“Lucila de Zoogea”, o la diabetes como excusa para escribir y ayudar.



“Un día, Lucila comenzó a adelgazar sin explicación alguna, a pesar de comer los ricos platos que Pablo preparaba; empezó a tener mucha sed y a sentirse un poco extraña.”

¿Para cuántos de nosotros ese ha sido el inicio de la historia, el inicio de nuestra historia, el inicio de una nueva vida?


El fragmento corresponde al cuento “La muchosidad (sic) de Lucía”, que forma parte del libro de cuentos “Lucila de Zoogea, cuentos para colorear” de Miguel Moreno e ilustrado por Musa Moreno.

Bueno. 

Miguel Moreno es escritor. Y también trabaja en la industria farmacéutica. Y así fue como llegó a apoyar las actividades de extensión de una clínica privada de Santiago de Chile. Y fue una actividad con niños la que le dio la posibilidad de unir estas dos áreas de su vida, la diabetes y la escritura.


Lo que era en un comienzo solo un cuento, un año después terminó siendo una serie de 9 que dieron origen a un libro autoeditado, con una edición limitada de 200 ejemplares, algunos de los cuales se regalaron en la última actividad de la clínica. 


Y un ejemplar llegó a mis manos como regalo personal de parte de Miguel.


No. No soy crítico literario ni pretendo serlo. De hecho mis gustos van por otros temas, más relacionados con la novela histórica. Por eso y porque conozco personalmente a Miguel respetando mucho su labor, no me atrevería a hacer una crítica de su obra. Además, porque en una conversación muy franca que tuvimos me confesó que le costó escribir el libro! pues lo suyo, más que la prosa, es la poesía.

¡Pero vamos! Leí los cuentos y algo les puedo decir.

Primero, que estoy tremendamente agradecido que existan personas como Miguel en este mundo. Con una sensibilidad que seguro varios tienen, pero pocos sacan a luz con hechos concretos. 

Y segundo… Bueno, que desde que leí las primeras líneas noté que le gusta más escribir poesía, jajaja 😉 
Hay harta metáfora en los textos, que son reconocibles por todos nosotros, eso es indiscutible. Se lee fácil, las historias fluyen con personajes bien definidos.

Me parece súper interesante que los personajes sean animales “humanizados”, que conservan los rasgos que su raza les imprime. Eso es muy bonito.

Si me permiten una recomendación, con la experiencia que tengo, yo diría que es como para que los padres se los lean a los hijos, esos chicos menores de 7-8 años, por ahí. Creo que si los niños los escuchan, y los comentan con el adulto, se puede lograr más la identificación y por qué no decirlo, una especie de educación terapéutica. 

Más allá de las historias, que tienen claros guiños a la cultura popular, con personajes reconocibles de algunos programas de televisión contemporáneos por ejemplo, no veo en los textos un excesivo afán por decirnos qué es lo correcto o no en el manejo de la diabetes, los consejos no los siento forzados. Se apela al sentido común, a valores como la honestidad, la amistad, el cariño y cosas así.
 Y las ilustraciones para colorear le dan ese tono lúdico que todo niño espera, al permitirle a los chicos intervenir el libro y así hacerlo más suyo.


Entiendo que quedan algunos ejemplares para la venta. Si desean adquirirlo les recomiendo que contacten directamente a la editorial Marciano Ediciones en su página de Facebook. Pregunten por Miguel y digan que van de parte nuestro. Será una forma de agradecer a alguien que encontró en la escritura otra excusa para ayudar a las persona, sobre todo niños, con diabetes. 

https://www.facebook.com/Marciano-Ediciones-1981651152141143/

Marcelo G/

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